viernes, 18 de febrero de 2011

Tal y como eres...

6pm, en mi cama.
No paras de hablar, aun así no te dejo de escuchar.
No sabes si reír o llorar, a mi me da igual, solo te quiero ver desahogar.

Aprendí que existe gente alucinante. Que en el mundo tenemos una versión del Redbull en persona. Que alguien puede quemarte las neuronas sin necesidad de ser una droga.
Me enseñaste que a la amistad no se le falta. Que pase lo que pase un verdadero amigo estará siempre ahí.
Aprendí que no es tan grave que me destruyas diciéndome mis defectos, pero si aprendí lo mucho que duele saberlos.
Me enseñaste a que hacer amigos no es tan difícil.
Que ser intensa puede no tener nivel de intensidad.
Que el cariño puede demostrarse de tantas formas, que jamás se acercarían a un beso o un abrazo.
Que el saber no quita espacio.
Que la gente es como es, y así hay que quererla.
Que se necesita tacto para decir verdades a la cara.
Que hay dedos que dan risa.
Me enseñaste a no hablar de más y a hablar contigo menos.
Aprendí a no distraerme.
Me enseñaste a que ser raros a veces es divertido.
Asimilé que en los celos no existe género.
Que hay razones que no tienen razón.
Que el tiempo no se gasta, se aprovecha.
Que hay personas que necesitan más atención, porque dan más atención.
Gracias a ti sé que mi falta de memoria me hace sentir la peor persona del mundo, pero también aprendí que es imposible memorizar tanto.
Me enseñaste a estar cómoda con cualquier tema de conversación.
Me enseñaste que no hace falta saber para participar.
Que no es ningún pecado preguntar, lo peor que te pueden hacer es no contestar.
Que los grupos de amistades pueden ser temporales y que las verdaderas amistades persisten.
Que ser honestos nos puede meter en problemas.
Que en cualquier momento podemos terminar con las tablas en la cabeza y que siempre escucharas a alguien decir “te lo dije”.
Que tener interés es cuestión de interesarte.
Que regatear es natural.
Que siempre en otro lado lo podemos conseguir más barato.
Que Andrés López de tu boca puede ser más divertido.
Que hay ojos que no cierran ni porque sospechen.
Que siempre hay buena música que escuchar.
Que puedes conocer gente sin conocerla.

Al final, eres una persona que no tiene mucho que decir aunque diga mucho. Y lo más importante, que por más que me parezca a Rubí, no soy Rubí. ;)

1 comentario:

Abby dijo...

aqui si tengo muchisimo que decirte...lo resumo con un te amo mucho VE